Siguiendo el curso

La vida es un mar de tormentas.

No hay forma de llegar de un sitio a otro con planes perfectos y en dirección recta, pues siempre hay vientos que soplan y nos hacen cambiar un poco el curso. El secreto del oficio del marinero es la actitud y la perspectiva, entrar al agua conociendo los riesgos y las vicisitudes que inevitablemente se van a presentar, y considerarlas como parte del viaje.

Hoy salgo de mi puerto, de la seguridad de tierra firme, queriendo encontrarme con ese mar, que me ayuda a ir de un sitio a otro, pero jamás siguiendo un plan perfecto, ni en línea recta.

Espero poder verte en el camino, y si sientes que andas a la deriva, no te preocupes, simplemente el viento está a punto de cambiar la dirección a tu favor.

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