Todo cambió, ya nada es igual

Hoy me acuesto pensando en esta frase. Para algunos melancólica, para otros llena de oportunidades, pero innegablemente está llena de realidad. Vivimos en un mundo donde nuestra naturaleza humana domina, y cada vez somo menos estáticos al pasar de los años; creamos, hacemos, deshacemos, por fuera y por dentro.

Yo veo ayer una situación que hoy dejó de serlo. Nos hablamos, nos juzgamos, nos perdonamos, algo siempre pasa, alguien siempre nos toca y nos hace mutar. Si tenemos miedo a lo diferente el cambio nos apabulla. Si estamos condenados al sufrimiento en las circunstancias actuales, entonces el cambio lo merecemos.

Vale la pena hacer el ejercicio de crear una foto de nuestras ideas escribiendo lo que sentimos y pensamos hoy acerca de alguien, acerca de algo, y leerlo, leerlo tantas veces como la curiosidad lo permita, para recordar que, en el nacimiento, esa idea tenía una forma que posiblemente en el futuro será muy distinta, quizás más compleja, o mas simple, pero no igual.

Todo va a cambiar. No me resisto, ya no, creo que ahora le tengo más miedo a que todos cambien y yo siga siendo el mismo.